Las mejores 131 frases de Aristóteles
Si alguna vez te preguntaste de dónde sacamos todas esas ideas locas sobre la lógica, la ética, la biología y el arte... bueno, gran parte se debe a un chico llamado Aristóteles. No es que él inventara todo eso de la nada, pero definitivamente lo llevó al siguiente nivel.
Tabla de contenidos:
Frases de Aristóteles
- La virtud resplandece en las desgracias.
- Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de uno de los ciudadanos.
- Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes.
- Hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante que entre un hombre vivo y un cadáver.
- El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.
- Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas.
- Así como los ojos de los murciélagos se ofuscan a la luz del día, de la misma manera a la inteligencia de nuestra alma la ofuscan las cosas evidentes.
- Se piensa que lo justo es lo igual, y así es; pero no para todos, sino para los iguales. Se piensa por el contrario que lo justo es lo desigual, y así es, pero no para todos, sino para los desiguales.
- Enseñar no es una función vital, porque no tienen el fin en sí misma; la función vital es aprender.
- Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia.
- El movimiento no existe fuera de las cosas, pues todo lo que cambia, o cambia en el orden de la sustancia o en la cantidad, o en la calidad, o en el lugar.
- Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
- Si el espíritu es un atributo divino, una existencia conforme al espíritu será verdaderamente divina.
- No hay genio sin un gramo de locura.
- Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella.
- Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz.
- Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito.
- Los predicados del predicado se extienden también al sujeto.
- No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.
- Aquellos que educan bien a los niños merecen recibir más honores que sus propios padres, porque aquellos sólo les dieron vida, éstos el arte de vivir bien.
- Es propio del filósofo poder especular sobre todas las cosas.
- El género humano tiene, para saber conducirse, el arte y el razonamiento.
- La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.
- Es ignorancia no saber distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita.
- Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
- El hombre es un animal político.
- El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito.
- Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
- Platón es mi amigo, pero la verdad me es más querida.
- La bestialidad es un mal menor que la perversidad, pero es más temible.
- Saber es acordarse.
- Si tanto me alaban, será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden.
- No hay que prestar atención a quienes nos aconsejan, so pretexto de que somos hombres, no pensar más que en las cosas humanas y, so pretexto de que somos mortales, renunciar a las cosas inmortales.
- No hay nada que envejezca tan pronto como el recuerdo del beneficio.
- Todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio.
- La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor.
- Es absolutamente imposible demostrarlo todo.
- Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará.
- Un amigo fiel es un alma en dos cuerpos.
- El hombre solitario es una bestia o un dios.
- La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión.
- El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia.
- Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla.
- El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
- En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad.
- Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer.
- No todo término merece el nombre de fin, sino tan sólo el que es óptimo.
- Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes, lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.
- Sólo hay una fuerza motriz: el deseo.
- El hombre que se mantiene en el justo medio lleva el nombre de sobrio y moderado.
- El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
- La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
- Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes.
- Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe.
- La naturaleza no hace nada en vano.
- La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
- Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
- Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos.
- Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
- Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
- Fuera de la sociedad, el hombre es una bestia o un dios.
- La esperanza es el sueño del hombre despierto.
- La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia.
- Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores.
- Todo acto forzoso se vuelve desagradable.
- La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto.
- Las revoluciones no se hacen por menudencias, pero nacen por menudencias.
- La mente siempre tiene razón, mientras que el apetito y la imaginación pueden equivocarse.
- La única verdad es la realidad.
- No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.
- Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta.
- El amigo es otro yo. Sin amistad el hombre no puede ser feliz.
- La verdadera causa final reside en los seres inmóviles.
- El instante es la continuidad del tiempo, pues une el tiempo pasado con el tiempo futuro.
- Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas.
- Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto.
- Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.
- Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido.
- Cuanto más nos inclina la naturaleza a los placeres, tanto más propensos somos a la licencia que a la decencia.
- Lo que tiene alma se distingue de lo que no la tiene por el hecho de vivir.
- Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
- El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.
- El amor sólo se da entre personas virtuosas
- El imitar es connatural al hombre.
- Los sabios tienen las mismas ventajas sobre los ignorantes que los vivos sobre los muertos.
- Todo lo que se mueve es movido por otro.
- El amigo de todo el mundo no es un amigo.
- El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal.
- El ser inmóvil mueve como objeto del amor, y lo que él mueve imprime el movimiento a todo lo demás.
- Las cosas se llaman equívocas cuando tan sólo tienen de común el nombre.
- Los dialécticos y los sofistas, en sus disquisiciones, se revisten de la apariencia de filósofos.
- La democracia ha surgido de la idea de que sí los hombres son iguales en cualquier respecto, lo son en todos.
- La necesidad ha hecho aparearse a quienes no pueden existir el uno sin el otro, como son el varón y la mujer.
- Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.
- Si nada hay eterno, no es posible la producción ni la generación.
- Como la vista es al cuerpo, la razón es al espíritu.
- Todos o casi todos distinguen el alma por tres de sus atributos: el movimiento, la sensación y la incorporeidad.
- El fin de la ciencia especulativa es la verdad, y el fin de la ciencia práctica es la acción.
- Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas.
- Mercaderes e industriales no deben ser admitidos a la ciudanía, porque su género de vida es abyecto y contrario a la virtud.
- Movimiento es el paso de la a capacidad al acto.
- Los discursos inspiran menos confianza que las acciones.
- El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.
- Todo hombre, por naturaleza, desea saber.
- Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo.
- No conviene hablar del pudor como de una virtud. Se parece más bien a una emoción que a una disposición adquirida. Se define, pues, como un miedo de dar de sí una mala opinión.
- No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas que se estudian, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje.
- Una definición es una frase que significa la esencia de una cosa.
- Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad.
- La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.
- El mando de muchos no es bueno; basta un solo jefe.
- La belleza del hombre está o en la sonoridad, o en el significado.
- En las adversidades sale a la luz la virtud.
- A fuerza de construir bien, se llega a buen arquitecto.
- Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad.
- Es necesario que haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea inmóvil e inmutable.
- Cometer una injusticia es peor que sufrirla.
- Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia.
- El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.
- No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
- El verdadero discípulo es el que supera al maestro.
- Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
- La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.
- La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.
- Y es que la naturaleza no hace nada en vano, y entre los animales, el hombre es el único que posee la palabra.
- La ciencia es respecto del alma lo que es la luz respecto de los ojos, y si las raíces son amargas, los frutos son muy dulces.
- La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.
- No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
- En parte, el arte completa lo que la naturaleza no puede elaborar y, en parte, imita a la naturaleza.
- La verdadera felicidad consiste en hacer el bien.
- La poesía es más profunda y filosófica que la historia.
Aristóteles: El "Profe" de la antigüedad que cambió el juego
Nació en el 384 a.C. en una pequeña ciudad llamada Estagira, lo que explica por qué a veces lo llaman el "Estagirita". No fue exactamente un comienzo sencillo para él. Perdió a sus padres cuando era joven y fue criado por un tutor. Sin embargo, esto no lo detuvo. De hecho, podría decirse que lo preparó para las grandes cosas que vendrían.
En su juventud, se trasladó a Atenas y se convirtió en estudiante en la Academia de Platón. Sí, ese Platón. Pero aunque fue alumno del gran filósofo, Aristóteles no tuvo reparos en decir: "Oye, jefe, no estoy de acuerdo contigo en esto". Y así, aunque ambos compartieron muchos puntos de vista, Aristóteles siguió su propio camino, desafiando y construyendo sobre las ideas de su maestro.
Después de pasar un buen tiempo estudiando, enseñando y pensando en Atenas, Aristóteles se tomó un "break" para ser el tutor del joven Alejandro Magno. Sí, estás leyendo bien. Uno de los conquistadores más grandes de la historia recibió lecciones del mismísimo Aristóteles. Imagina las conversaciones de la cena.
Aristóteles era un tipo muy curioso. Quería saber de TODO. En su tiempo libre (que parece que tuvo mucho, a pesar de todas las enseñanzas y escrituras), estudiaba plantas, animales y todo lo que pudiera poner sus manos encima. Era un poco el Sherlock Holmes de la naturaleza.
Uno de sus mayores logros fue su forma de ver el mundo y tratar de explicarlo. Mientras que otros filósofos se quedaban en las nubes hablando de mundos ideales, Aristóteles estaba más en plan: "Vamos a ver cómo funcionan realmente las cosas aquí abajo".
Se sumergió en la ética, donde nos dejó la idea del "punto medio", que básicamente nos dice que ser virtuoso es encontrar el equilibrio en nuestras acciones y emociones. Ni demasiado, ni muy poco. Además, nos regaló su concepto del "telos", que es una forma elegante de decir que todo tiene un propósito o finalidad.
En cuanto a la lógica, fue el chico malo del barrio. Creó un sistema para argumentar y pensar correctamente, sentando las bases para lo que hoy conocemos como ciencia.
A pesar de todas sus ideas brillantes, Aristóteles tuvo también sus meteduras de pata. Sus ideas sobre las mujeres y la esclavitud, por ejemplo, no encajan precisamente con lo que pensamos hoy. Pero hey, nadie es perfecto.
Aristóteles falleció en el 322 a.C., pero su legado sigue vivo. Ya sea que estés filosofando sobre la vida, observando la naturaleza o simplemente tratando de argumentar correctamente por qué deberías tener un aumento de sueldo, en algún lugar, de alguna manera, estás tocando un pedacito del mundo que Aristóteles ayudó a moldear. Y eso, amigos, es ser un verdadero jefe en la historia del pensamiento.