Las mejores 61 citas de Sir Francis Bacon
Si tuviéramos que imaginar un banquete intelectual en la Inglaterra de los Tudor y los primeros Stuart, sin duda alguna, Sir Francis Bacon sería uno de los chefs principales. Nacido en 1561 en Londres, este caballero fue todo un hombre del Renacimiento, metido en política, filosofía y ciencia, y vestido siempre con los mejores ropajes de la intelectualidad de su tiempo.
Tabla de contenidos:
Frases de Sir Francis Bacon
- El tiempo es la medida de los negocios, como el dinero lo es de las mercancías.
- La duda: la escuela de la verdad.
- La cabeza de muchas personas de alta estatura se parece a las casas; el piso mas alto es el peor amueblado.
- Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de experiencia.
- El hombre que se muestre solícito y cortés con un extranjero demuestra que es ciudadano del mundo.
- La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir, preciso.
- La esperanza es un buen desayuno pero una mala cena.
- Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
- La soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos.
- El silencio es la virtud de los locos.
- El mar, por su naturaleza, estaría tranquilo y quieto si los vientos no lo revolvieran y turbaran. De la misma manera el pueblo estaría quieto y sería dócil si oradores y sediciosos no lo removiesen y agitasen.
- La bajeza más vergonzosa es la adulación
- Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.
- La ocasión hay que crearla, no esperar a que llegue.
- Mientras admiramos y exaltamos las facultades de la inteligencia humana, nos olvidamos de buscar sus verdaderos colaboradores.
- Lo malo cuando se finge bueno, es pésimo.
- La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
- Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.
- Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas.
- La perfección de la propia conducta estriba en mantener cada cual su dignidad sin perjudicar la libertad ajena.
- He preferido estudiar los libros que a los hombres.
- Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos.
- El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador.
- Quisiera vivir para estudiar, no estudiar para vivir.
- La felicidad de los grandes consiste no en sentirse felices, sino en comprender cuan felices piensan otros que han de ser ellos.
- En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar.
- No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente.
- La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.
- Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas.
- Sin la amistad, el mundo es un desierto.
- El egoísta sería capaz de pegar fuego a la casa del vecino para hacer freir un huevo.
- La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria.
- Un hombre no es más que lo que sabe.
- Escoger el propio tiempo es ganar tiempo.
- El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
- Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia.
- Las democracias suelen ser más tranquilas y están menos expuestas a la sedición que el régimen gobernado por una estirpe de nobles.
- Los descubrimientos ya logrados se deben al azar y a la experiencia vulgar más que a la ciencia.
- El requisito del éxito es la prontitud en las decisiones.
- La belleza es como la fruta estival: fácil de corromper y de corta duración.
- Un joven en años puede ser viejo en horas, si no ha perdido el tiempo.
- Sólo obedeciéndola se doblega a la naturaleza.
- Poca ciencia aleja muchas veces de Dios, y mucha ciencia conduce siempre a él.
- En lo que acción se refiere, el hombre no puede hacer otra cosa que aproximar o separar los cuerpos naturales; lo demás lo realiza la naturaleza.
- Los cocodrilos vierten lágrimas cuando devoran a sus víctimas. He ahí su sabiduría.
- El papel más honroso en una conversación corresponde al que da la ocasión a ella, y luego al que la dirige y hace que se pase de un asunto a otro, pues así uno dirige la danza.
- La maravilla de un solo copo de nieve supera la sabiduría de un millón de meteorologistas.
- Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral.
- La experiencia de los siglos prueba que el lujo anuncia la decadencia de los imperios.
- El respeto de sí mismo es, después de la religión, el principal freno de los vicios.
- Cuando el peligro parece ligero, deja de ser ligero.
- El conocimiento es poder.
- Los Estados son grandes máquinas que se mueven lentamente.
- La discreción es una virtud, sin la cual dejan las otras de serlo.
- El argumento se semeja al disparo de una ballesta, es igual de efectivo dirigido a un gigante que a un enano.
- Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
- La muerte es el menor de todos los males.
- La lógica, dado el mal uso que de ella se hace, vale más para estabilizar y perpetuar los errores cimentados sobre el terreno de las ideas vulgares, que para conducir al descubrimiento de la verdad.
- La antigüedad del tiempo es la juventud del mundo.
- Es un extraño propósito perseguir el poder y perder la libertad.
- Nada induce al hombre a sospechar mucho como el saber poco.
Sir Francis Bacon: El hombre del renacimiento en la Corte de Inglaterra
Bacon no era de esos que se contentaban con mirar las estrellas; él quería alcanzarlas. Y no solo eso, quería entenderlas, estudiarlas y ponerlas en un gráfico si era posible. Como filósofo, es considerado el padre del empirismo y del método científico moderno. Vamos, que le gustaba comprobar las cosas por sí mismo en lugar de solo leer sobre ellas en libros polvorientos.
En su día, este hombre era más político que un tablero de ajedrez en pleno torneo. Trabajó su camino a través de los engranajes de la corte inglesa hasta llegar a ser Lord Canciller. Pero la política es un juego peligroso, y Bacon aprendió esto de la manera difícil. A pesar de su intelecto y su cargo, no logró esquivar los escándalos de corrupción y acabó cayendo en desgracia. Eso sí, incluso en sus peores momentos, el hombre seguía siendo tan elegante como un soneto de Shakespeare.
Ahora, vamos a las jugosas aportaciones de Bacon a la ciencia y el pensamiento. Este caballero estaba convencido de que el conocimiento tenía que basarse en la observación del mundo real, en la experimentación. Publicó "Novum Organum", donde destripó los métodos científicos de su época y propuso uno nuevo que, básicamente, nos llevó a todos los gadgets y comodidades modernas que tenemos hoy en día.
Pero no todo eran ensayos y filosofía, Bacon también tenía tiempo para la literatura. Se le atribuyen ensayos brillantes como "Los ídolos", donde destroza los prejuicios humanos como si fueran castillos de naipes. Además, era un tipo bastante metafísico, explorando temas como la ética, la muerte y la verdad con una profundidad que te hacía necesitar un respiro.
Entre la conspiración y la controversia, algunos incluso han especulado que Bacon podría haber sido el verdadero autor de algunas de las obras atribuidas a Shakespeare. Aunque esta teoría tiene más agujeros que un queso suizo, muestra cuán profundo era el respeto por la capacidad intelectual de Bacon.
Su vida personal tuvo tanto sabor como su vida pública. A pesar de sus grandes contribuciones, murió endeudado y en desgracia, tras un experimento científico fallido con nieve, que lo llevó a contraer una fatal neumonía. Murió en 1626, pero nos dejó con la imagen de un hombre que estaba dispuesto a arriesgarlo todo en la búsqueda del conocimiento.
Sir Francis Bacon fue un pionero, un hombre cuya sed de comprensión y cuya visión del potencial humano lo convirtieron en una figura central en el despertar de la Europa moderna. Su vida es un testimonio de la lucha por la innovación y el pensamiento crítico en una era en la que pensar diferente era tanto un peligro como una oportunidad.