Las mejores 48 citas de Mark Twain
Sumérgete en el mundo de Mark Twain, un hombre cuya pluma fue tan afilada como su ingenio y cuyo humor era tan profundo como el río Mississippi, el cual amaba y conocía tan bien. Nacido como Samuel Langhorne Clemens en 1835, en la pequeña ciudad de Florida, Misuri, Twain no solo se convirtió en uno de los escritores más queridos de América, sino también en un observador mordaz de la sociedad y la naturaleza humana.
Tabla de contenidos:
Frases de Mark Twain
- Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.
- La buena educación consiste en esconder lo bueno que pensamos de nosotros y lo malo que pensamos de los demás.
- Manténgase alejado de las personas que intentan menospreciar sus ambiciones. Las personas pequeñas siempre hacen eso, pero lo realmente grandioso te hace sentir que tú también puedes ser grandioso.
- Es mejor ser un joven abejorro que una vieja ave del paraíso.
- Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
- No puede el hombre sentirse a gusto sin su propia aprobación.
- Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva.
- Nada necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas.
- El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año.
- Hay muy buenas protecciones contra la tentación, pero la más segura es la cobardía.
- Sé virtuoso y te tendrán por excéntrico.
- Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.
- Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras.
- ¿Por qué nos alegramos en las bodas y lloramos en los funerales? Porque no somos la persona involucrada.
- Vamos a plantearnos que estamos todos locos, eso explicaría como somos y resolvería muchos misterios.
- El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
- La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.
- Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación.
- La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.
- Cuando era más joven podía recordar todo, hubiera sucedido o no.
- He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él.
- Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla.
- Todo lo que necesitas en esta vida es ignorancia y confianza en ti mismo, así tendrás el éxito asegurado.
- El arte de vivir consiste en conseguir que hasta los sepultureros lamenten tu muerte.
- Al cumplir los setenta años me he impuesto la siguiente regla de vida: No fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto, y no fumar más de un solo tabaco a la vez.
- No hay cosa más triste que un joven pesimista, excepto un viejo optimista.
- El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
- El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena.
- La fama es vapor; la popularidad, un accidente; la única certeza terrenal es el olvido.
- Actúa siempre con acierto. Esto tranquilizará a algunas personas y asombrará al resto.
- Si es un milagro, cualquier testimonio es suficiente, pero si es un hecho, es necesario probarlo.
- Si dices la verdad, no tendrás que acordarte de nada.
- El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
- Y así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco.
- Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.
- Recogéis a un perro que anda muerto de hambre, lo engordáis y no os morderá. Esa es la diferencia más notable que hay entre un perro y un hombre.
- La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.
- Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.
- Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.
- Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas.
- Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.
- Suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado.
- En dos ocasiones no debería jugar el hombre; cuando no tiene dinero y cuando lo tiene.
- Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
- La gran diferencia entre un gato y un mentiroso es que el gato tiene apenas nueve vidas.
- El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía.
- Si la verdad es nuestro más preciado tesoro, bien haremos en economizarla.
- Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.
Mark Twain: El cronista sarcástico del alma americana
Desde pequeño, Twain mostró una curiosidad insaciable y un espíritu aventurero. Tras la muerte de su padre cuando él tenía apenas 11 años, empezó a trabajar como aprendiz de impresor, sumergiéndose en el mundo de las palabras. Pero su verdadera escuela fue el río Mississippi, donde trabajó como piloto de un barco de vapor, una experiencia que marcaría su vida y su obra.
Twain era un narrador nato. Con su característico bigote y su eterna pipa, tenía una habilidad única para capturar la esencia de la vida estadounidense del siglo XIX, con sus contradicciones, sus desafíos y su constante cambio. Sus obras más famosas, "Las aventuras de Tom Sawyer" y "Las aventuras de Huckleberry Finn", no son solo clásicos de la literatura juvenil, sino profundas exploraciones de la amistad, la libertad y la moralidad.
Pero Twain no se limitaba a contar historias. Era un maestro del humor y la sátira, utilizando su ingenio para criticar la hipocresía y la injusticia. Su aguda observación social y política quedó plasmada en obras como "Un yanqui en la corte del rey Arturo", donde critica la aristocracia y el racionalismo excesivo.
Viajero incansable, Twain recorrió Estados Unidos, Europa y más allá, siempre con una mirada inquisitiva y un lápiz listo para apuntar sus impresiones. En libros como "Los inocentes en el extranjero", muestra su capacidad para observar las costumbres extranjeras con un ojo crítico pero también lleno de humor.
La vida de Twain no estuvo exenta de tragedias y desafíos financieros. Conoció el éxito y la fama, pero también el dolor y la bancarrota. Sin embargo, su espíritu indomable y su fe en la humanidad nunca flaquearon.
Fallecido en 1910, Mark Twain dejó un legado que va más allá de sus libros. Fue un defensor de los derechos civiles y un crítico de la imperialismo y el racismo, adelantado a su tiempo en muchos aspectos. Su obra y su vida son un reflejo de una América en transformación, de sus sueños, sus contradicciones y su búsqueda incesante de sí misma.
Mark Twain no fue solo un escritor; fue un testigo de su tiempo, un filósofo disfrazado de humorista y un eterno amante del río Mississippi. A través de su sarcasmo y su calidez, nos enseñó a mirar la vida con una sonrisa, incluso en sus momentos más difíciles.