60 frases de José Ortega y Gasset que tienes que leer
José Ortega y Gasset fue un destacado filósofo, ensayista y escritor español nacido en Madrid en 1883. Es conocido por sus contribuciones a la filosofía, la cultura y la política española durante el siglo XX y su participación en la llamada Generación del 98, un grupo de escritores e intelectuales que reflexionaron sobre los problemas y la identidad de España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
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Frases de José Ortega y Gasset
- El hombre es el ser que necesita absolutamente de la verdad y, al revés, la verdad es lo único que esencialmente necesita el hombre, su única necesidad incondicional.
- Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser.
- En la morfología del ser femenino, acaso no haya figuras más extrañas que las de Judit y Salomé, las dos mujeres que van con dos cabezas cada una: la suya y la cortada.
- No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.
- No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento.
- Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral.
- El defecto más grave del hombre es la ingratitud.
- La civilización no dura porque a los hombres sólo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde.
- Evitemos, pues, el suplantar con “nuestro mundo” el de los demás.
- Yo sólo ofrezco posibles maneras nuevas de mirar las cosas.
- Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender.
- Yo soy yo y mi circunstancia.
- ¿Qué perfección es ésta que complace y no subyuga, que admira y no arrastra?
- Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes.
- El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.
- Una buena parte de los hombres no tiene más vida interior que la de sus palabras, y sus sentimientos se reducen a una existencia oral.
- Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.
- La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella.
- La lealtad puede decirse que es el camino más corto entre dos corazones.
- Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos.
- La máxima especialización equivale a la máxima incultura.
- Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen.
- La democracia [...] como norma política parece una cosa óptima. Pero [...] de la democracia en el pensamiento y en el gesto, la democracia en el corazón y en la costumbre, es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad.
- La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda.
- Un historiador es un profeta al revés.
- Lo que más vale en el hombre es su capacidad de insatisfacción.
- Los hombres no viven juntos porque sí, sino para acometer juntos grandes empresas.
- El que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente; es decir, no se encuentra jamás, no topa nunca con la propia realidad.
- Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda.
- Enamorarse es sentirse encantado por algo, y algo sólo puede encantar si es o parece ser perfección.
- La técnica es el esfuerzo para ahorrar esfuerzo.
- La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.
- El que no pueda lo que quiera, que quiera lo que pueda.
- La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora.
- El amor, más que un poder elemental, parece un género literario. Porque el amor, más que un instinto, es una creación, y aun como creación nada primitiva en el hombre.
- El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar.
- El pensamiento es la única cosa del Universo de la que no se puede negar su existencia: negar es pensar.
- Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.
- La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.
- Es funesto que nos acostumbremos a reconocer como ejemplos de sana belleza algunas obras clásicas, que acaso son objetivamente muy valiosas, pero que no causan deleite.
- El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
- Que no sabemos lo que nos pasa: eso es lo que nos pasa.
- La vida nos ha sido dada, pero no nos ha sido dada hecha.
- La vida humana eterna sería insoportable. Cobra valor precisamente porque su brevedad la aprieta, densifica y hace compacta.
- De querer ser a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico o lo cómico.
- Es importante acentuar el papel que juegan sobre el amor la fisonomía y los gestos tales como un beso. Revelan el auténtico ser de la persona que amamos.
- El malvado descansa algunas veces; el necio jamás.
- El mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.
- Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.
- El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor.
- La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.
- El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.
- El hombre se diferencia del animal en que bebe sin sed y ama sin tiempo.
- Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos lo han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre él.
- Ciencia es todo aquello sobre lo cual siempre cabe discusión.
- Es el porvenir quien debe imperar sobre el pretérito, y de él recibimos la orden para nuestra conducta frente a cuanto fue.
- Dime cómo te diviertes y te diré quién eres.
- Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse.
- En tanto que haya alguien que crea en una idea, la idea vive.
- Para el escritor hay una cuestión de honor intelectual en no escribir nada susceptible de prueba, sin poseer antes ésta.
José Ortega y Gasset: Filósofo, ensayista y figura de la Generación del 98
Uno de los conceptos más influyentes asociados con Ortega y Gasset es la noción de "la razón vital". En su obra "La deshumanización del arte" (1925), argumentó que la razón no debe ser entendida simplemente como un ejercicio intelectual, sino como una manifestación de la vitalidad y la experiencia humana. Abogaba por una visión más holística de la razón que incorporara la intuición y la emoción en el proceso de pensamiento.
Otro de sus conceptos destacados es el de "circunstancia". Ortega y Gasset sostenía que cada individuo está inmerso en un contexto histórico, cultural y social específico, y que es imposible comprender completamente a una persona sin tener en cuenta su circunstancia. Esta idea influyó en su enfoque de la filosofía y la sociología.
Ortega y Gasset también fue un crítico agudo de la situación política y cultural de España en su época. En su obra "La rebelión de las masas" (1930), exploró el surgimiento de una "masa" indiferenciada y apática en la sociedad moderna y argumentó que la educación y la cultura eran esenciales para contrarrestar esta tendencia y preservar la excelencia individual.
Además de sus contribuciones filosóficas, Ortega y Gasset fue un prolífico ensayista y crítico literario. Sus ensayos cubren una amplia gama de temas, desde la literatura hasta la política y la cultura. También fundó la Revista de Occidente, una publicación que desempeñó un papel importante en la promoción de la literatura y el pensamiento contemporáneo.
Su influencia se extendió más allá de España, y sus obras fueron traducidas a numerosos idiomas. Su estilo literario es reconocido por su claridad y elegancia, lo que lo convierte en un escritor accesible y apreciado.
José Ortega y Gasset falleció en 1955, pero su legado perdura en la filosofía, la cultura y la política. Sus ideas sobre la razón vital, la circunstancia y la cultura siguen siendo objeto de estudio y debate, y su enfoque en la importancia de la educación y la excelencia individual continúa siendo relevante en la sociedad contemporánea. Ortega y Gasset es recordado como uno de los intelectuales más destacados de España y una figura influyente en la filosofía y la cultura del siglo XX.