63 frases de Thomas Carlyle que tienes que leer
Thomas Carlyle, nacido en Escocia en 1795, fue un influyente historiador, ensayista y filósofo del siglo XIX. Su trabajo abarcó una amplia gama de temas, pero destacó especialmente en su análisis de la historia y la sociedad, así como en su promoción de la "Teoría del Gran Hombre" en la historia.
Tabla de contenidos:
Frases de Thomas Carlyle
- Un monstruo hay en el mundo: el ocioso.
- Una vez despertado el pensamiento no vuelve a dormitar.
- Siempre hay un lugar en las cumbres para el hombre valiente y esforzado.
- ¡Cuántas cosas hay en una risotada! Es la clave secreta con que se descifra un hombre entero.
- La verdadera nobleza consiste en saber valerosamente sufrir por los demás y no permitir que los demás sufran por nosotros.
- El periodismo es grande. Cada periodista ¿no es un regulador del mundo, si lo persuade?
- La educación y la cortesía abren todas las puertas.
- El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes.
- El único deber del hombre es andar siempre adelante.
- Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
- Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión.
- El hombre no es más que un omnívoro que viste pantalones.
- La corona de la verdadera nobleza es una corona de espinas.
- Una verdadera pintura del más pequeño hombre es capaz de interesar al hombre más grande.
- Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción.
- Trae el hombre reclusa en el alma una eternidad, y algo puede aprender el hombre en esta eternidad con respecto a la esencia de su alma misma.
- Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.
- El ideal está en ti; el obstáculo para su cumplimiento también.
- Aquel que tiene fe no está nunca solo.
- La contemplación es un lujo, mientras que la acción es una necesidad.
- Nada levanta tanto al hombre por encima de las mezquindades de la vida como admirar, sea lo que sea o a quienquiera que sea.
- Quien no puede guardar sus pensamientos dentro de sí, será incapaz de hacer grandes cosas.
- La historia es como una destilación del chismorreo.
- Puede decirse que el grito de la historia nace con nosotros y que es uno de nuestros dones más importantes. En cierto sentido somos históricos todos los hombres.
- La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
- Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él.
- El que no pueda guardar sus pensamientos, jamás sabrá analizar grandes cosas.
- No hables, en manera alguna, hasta que tengas algo que decir.
- El universo no es sino un vasto símbolo de Dios.
- Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
- Con números se puede demostrar cualquier cosa.
- Sólo hay dos medios de pagar las deudas: por el trabajo y por el ahorro.
- Únicamente el trabajo con fe cumplido es eterno como el Constructor del universo.
- La verdadera libertad del hombre consiste en que halle el camino recto y en que ande por él sin vacilaciones.
- Toda grandeza es inconsciente, o es poco y nada.
- El hombre ha sido creado no para dudar sino para trabajar.
- De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.
- El inventor de una máquina puede estar seguro de que será recompensado en vida; pero el autor de un gran poema, así como el apóstol de una verdadera religión, han de estar casi seguros de todo lo contrario.
- A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
- Los libros son amigos que nunca decepcionan.
- Toda obra es deleznable, sólo su ejecución no lo es.
- La virilidad empieza cuando hemos aprendido a vivir en la necesidad.
- Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
- Quien no trabaja no descansa.
- Aún en tus ocupaciones habituales trata siquiera por un día de guardar el secreto de aquello que intentas y a la mañana siguiente verás con mayor claridad tus ideas.
- El hombre que puede, es rey.
- Toda noble empresa parece al principio imposible.
- El presente es la viviente suma total del pasado.
- El hablar que no termina en acción, mejor suprimirlo.
- Hablar es el arte de sofocar e interrumpir el pensamiento.
- Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma.
- El hombre ha nacido para luchar, y es como se le define mejor diciendo que es un guerrero nato y que su vida desde el principio al fin no es sino una batalla.
- Obedecer es el deber nuestro, es nuestro destino, y aquel que no quiera someterse a la obediencia será necesariamente despedazado.
- Es un error esencial considerar la violencia como una fuerza.
- Una vida bien escrita es casi tan rara como una vida bien vivida.
- A dos hombres venero yo en este mundo: al labrador sufrido de mano callosa y nervuda, en la que permanecerá para siempre una real e indeleble majestad, puesto que en ella está el cetro de este mundo. Y a aquel que trabaja por las imprescindibles necesidades del espíritu; no por el pan cotidiano, sino por el pan de la verdadera vida.
- Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.
- El sarcasmo es el lenguaje del diablo.
- De la conquista podemos decir que no se ha producido jamás por la fuerza y la imposición brutal, pues no dura una conquista de esta naturaleza. La conquista, lo mismo que el poder de imposición, ha de aportar, cosa esencial en toda sociedad humana, algún beneficio consigo, o bien los hombres con toda su fuerza la rechazarán.
- Un cuerpo sano es cosa buena; pero un alma sana vale más que todo lo que el hombre pueda desear; un alma sana es lo más hermoso que el cielo pueda concedernos para hacer feliz esta pobre tierra nuestra.
- El trabajo es vida.
- El verdadero hombre siente su superioridad al reverenciar lo que realmente le supera. El corazón no abriga sentimiento más noble ni bendito.
- El genio es el infinito arte de trabajar con paciencia.
Thomas Carlyle: Historiador, ensayista y defensor de la teoría del gran hombre
Carlyle creía firmemente en la importancia de los individuos excepcionales, a quienes llamaba "hombres grandes", en la formación de la historia y la sociedad. Su obra más conocida, "Héroes, héroes venerados y héroes malditos", es una serie de ensayos biográficos en la que examina la vida y el impacto de figuras históricas como Mahoma, Dante, Shakespeare y Napoleón. En estos ensayos, Carlyle argumenta que los "hombres grandes" son los motores de la historia, y sus acciones tienen un impacto duradero en la humanidad.
Además de su trabajo sobre la "Teoría del Gran Hombre", Carlyle también es conocido por su libro "La Revolución Francesa", una historia de la Revolución Francesa que se centra en los eventos y en las figuras destacadas de ese período. Su enfoque único y apasionado le dio a la historia un matiz más literario y emocional que muchas otras obras históricas de la época.
Carlyle también fue un crítico feroz de la Revolución Industrial y sus impactos en la sociedad. Su obra "Cartas a los obreros de Manchester" abogaba por una mayor justicia social y criticaba las condiciones laborales de la época. Fue un defensor de reformas sociales que mejoraran la vida de los trabajadores y aliviara su sufrimiento.
A nivel personal, Carlyle llevó una vida tranquila en compañía de su esposa Jane, una escritora y traductora. Su relación fue cercana y colaborativa, y las cartas que intercambiaron proporcionan una visión única de su intimidad y su vida cotidiana.
A pesar de su influencia en su tiempo, el estilo literario de Carlyle puede resultar denso y complejo para los lectores modernos. Sin embargo, su énfasis en la importancia de los individuos y su crítica de las desigualdades sociales continúan siendo temas relevantes en el pensamiento contemporáneo.
Thomas Carlyle dejó un legado duradero en la historiografía y la filosofía de la historia, y su obra sigue siendo objeto de estudio y debate en el ámbito de las ciencias sociales y humanidades. Su enfoque en la importancia de los "hombres grandes" y su apasionado compromiso con la justicia social han dejado una huella indeleble en la historia intelectual y social.